martes, 10 de febrero de 2009

Italia fracturada por muerte de Eluana, emblema de la muerte digna

ROMA (AFP) — La muerte de Eluana, la mujer que llevaba en coma vegetativo desde 1992, conmovió a Italia, un país que sufre una fractura política y social que se manifestó con virulencia en el debate sobre la eutanasia.

"Eluana no murió de muerte natural, fue asesinada", clamó el jefe de gobierno Silvio Berlusconi, quien intentó a través de una ley urgente bloquear la sentencia del Tribunal Supremo que autorizó en diciembre pasado interrumpir la alimentación artificial a Eluana.

Eluana Englaro, de 38 años, falleció el lunes en la noche en una clínica de Udine, al nordeste de Italia, cuatro días después de que le retiraran la alimentación artificial por orden de la máxima autoridad judicial italiana.

La derecha italiana -apoyada por la Iglesia católica, el Vaticano y todos los adversarios de la eutanasia- desafió al Tribunal Supremo, se enfrentó al presidente de República y forzó al Parlamento para que promulgara una ley urgente en un plazo récord para mantenerla en vida.

La ofensiva del gobierno conservador dividió en dos a la opinión pública italiana y generó un debate sobre la politización de la muerte.

La jerarquía de la Santa Sede y hasta el mismo papa Benedicto XVI se habían pronunciado en contra de la decisión de la justicia italiana de retirarle la alimentación artificial, obtenida tras más de 10 años de batalla judicial.

"Que Dios 'perdone' a los responsables de la muerte de Eluana", declaró el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, "ministro de Salud" de la Santa Sede tras conocer la noticia de la muerte de la mujer.

Sin mencionar explícitamente el caso, el pontífice condenó el domingo la eutanasia, considerada como "la respuesta falsa al drama del sufrimiento" y tachándola de "solución indigna".

La oposición de izquierda, dividida por la presencia de numerosos católicos en sus filas, decidió anular la manifestación programada para este martes para defender la Constitución y expresar su solidaridad a la familia Englaro.

La muerte de Eluana desactiva el duro enfrentamiento entre la familia y el jefe de Gobierno italiano y ofrece la oportunidad a la clase política en su conjunto para que reflexione sobre los varios proyectos de ley existentes y jamás puestos en marcha bajo el lema de "testamento biológico".

"Un momento de dolor y confusión nacional como el de hoy puede ser la oportunidad para una reflexión común", declaró el presidente de la República, Giorgio Napolitano, cuyos poderes fueron cuestionados generando un conflicto institucional sin precedentes.

"Se instrumentalizó el caso, ha sido una operación política para reducir los poderes del jefe de Estado y poder gobernar con leyes urgentes, con farsas en vez de debates parlamentarios", comentó Anna Finocchiaro, líder en el Senado del Partido Democrático (izquierda).

La mayoría de las fuerzas políticas, tanto de la oposición de izquierda como del gobierno, acordaron debatir en las próximas dos semanas una ley que reglamente el final de una persona enferma que no puede manifestar su voluntad.

En Europa, Holanda y Bélgica legalizaron la eutanasia, en Suiza se tolera y países como Francia e España admiten el derecho de "dejar morir" al enfermo y rechazar los cuidados médicos.

Mientras tanto, la policía italiana custodia la clínica donde murió Eluana con el fin de evitar enfrentamientos entre partidarios y adversarios de la eutanasia congregados ante la institución.

Eluana, cuyo cuerpo será sometido a autopsia, será incinerada tras una ceremonia íntima cuya fecha no fue divulgada, informó la familia.

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