viernes, 15 de agosto de 2008

Lugo asumió en Paraguay y habló de un proceso "sin vencedores ni vencidos"


El ex obispo, que logró desplazar al Partido Colorado del poder, juró como jefe de Estado del vecino país ante unas 15.000 personas. Cumplirá un mandato de cinco años. A la ceremonia asistieron 9 presidentes, entre ellos Cristina Fernández de Kirchner.

En la explanada del Congreso en Asunción y ante una plaza colmada, el ex obispo Fernando Lugo juró hoy como presidente del Paraguay tras desbancar del poder al Partido Colorado, que gobernó la nación sudamericana ininterrumpidamente durante 61 años, incluso durante la dictadura. A la ceremonia de asunción de Lugo, que gobernará durante los próximos cinco años, asistieron nueve jefes de Estado, entre ellos la argentina Cristina Fernández de Kirchner, el venezolano Hugo Chávez y la chilena Michelle Bachelet. En la céntrica plaza asunceña había, además, 97 delegaciones extranjeras y unas 15.000 personas. Lugo recibió los atributos del cargo de manos del presidente del Congreso, Enrique González Quintana. Tras asumir, y en un discurso que tuvo críticas al pasado pero también llamados a la unidad de los paraguayos, Lugo aseguró que el que comienza "no es un proceso con vencedores ni vencidos", aludiendo, claramente, al hecho de que su gestión es la primera que no será conducida por el Partido Colorado en más de seis décadas. Ante la plaza colmada, el flamante mandatario enumeró los desafíos que tiene por delante, entre los que citó la "incorporación de Paraguay a las democracias consolidadas", acabar con la "fama de corrupción" del país, avanzar frente a los "intereses feudales" y derrotar el caudillismo. Antes del acto principal, e l presidente saliente Nicanor Duarte entregó los símbolos del poder al presidente del Congreso en la primera ceremonia vinculada con la investidura de Lugo. "Hoy vivimos un momento histórico. Por primera vez se produce la transferencia de poder de un partido a otro en un clima de esperanza", afirmó Duarte en el Parlamento.A los 57 años y al frente de una coalición integrada por agrupaciones de centroderecha y de izquierda, el ex obispo –que perteneció a la Congregación del Verbo Divino hasta que recibió la dispensa papal- puso fin en los comicios del 20 de abril a una hegemonía en el poder de 61 años del Partido Colorado.

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